Una noche de tantas

Aqui os dejo algo que escribí hace unos años.
Ante todo quiero decir que suelo escribir tanto reflexiones (o aburrimiento) como poesía, pero ya ire colgando ;)

Son las 3:21 y aun no me he dormido. Debe de ser una de esas noches en las que no dejas de pensar en las cosas que te rodean, tú y los tuyos, la gente de arriba y de abajo, la justicia y la injusticia, los pecados del pasado, lo que está por venir...
Verdaderamente no sé porque aun no me he dormido, será que mi cerebro quiere que haga algo o que reflexione sobre algo. Lo cierto es que ya estoy algo arto de andar reflexionando siempre sobre lo mismo, estoy cansado y arto de que la gente se queje y no haga absolutamente nada, cansado y arto de ver cada día las mismas catástrofes en los mismos países y a las mismas personas.
Las 3:30. Hoy ha vuelto a ganar el Barça, algo que realmente ya no tiene emoción alguna y que encima enerva a los fanáticos del equipo a creerse mejores que los demás. Supongo que no todos los fanáticos del Barça serán iguales, ni sentirán lo mismo, por supuesto, pero es tan difícil creer en alguna excepción después de todo lo visto. Supongo que por eso prefiero la NBA que la liguilla española, por eso prefiero a Los Ángeles Lakers que al Barça o al Español.
No puedo dormir, no quiero dormir, quiero hacer algo, pero no sé el qué. Quizás el tumulto de las anteriores reflexiones quiere expresarme algo y quiere que actúe, ¿pero cómo? Para tal purga harían falta millones de personas, ¿cómo convencer a tantas personas para que hagan lo mismo sin que les parezca malo? Creo que simplemente no se puede, dado que en el fondo todos somos diferentes y nunca coincidimos. Quizás por eso está así el mundo, quizás esto sea lo normal y nosotros seamos los raros, quizás necesitamos tanta maldad y tanto caos para que tarde o temprano algo explote y todo vuelva a su cauce natural.
Entonces la pregunta es: ¿cuánto aguantará el mundo nuestros deslices? ¿Cuántas veces más tendrá que soportar el mundo nuestros errores sin que se destruya? Nada es eterno, es de idiotas pensar lo contrario, todo tiene un comienzo y un fin en esta vida, es el proceso natural al fin y al cabo.
¿Y al final que nos queda? Vivir la vida que nos ha tocado en el mundo que nos ha tocado. Cada uno vive a su manera, con sus problemas, con su carácter, con sus intimidades, consigo mismo. En nuestra mano está el poder hacer muchísimas cosas, entre ellas quizás este cambiar el mundo, ¡quién sabe! O simplemente hacerle la vida mejor o peor a alguien, todo entra en este círculo, en este abanico de posibilidades casi infinitas.